Siéntanse libres de comentar, especular o teorizar acerca de la resolución del caso o de la belleza y/o pericia de sus autores intelectuales.

lunes, 13 de agosto de 2012

Pescao Frito Un Crimen - Capítulo 10 - Al son de la bandurria


Diario de Chano, lunes, a la fresquita.
            Ser detective no es solamente resolver puzles, descubrir quién miente, comprobar coartadas y ser más listo que el hambre. También es un estado mental. Hay que estar siempre alerta, hay que tener todas las neuronas activadas, sentir las conexiones entre los acontecimientos como si estuviera uno viendo el mapa de paradas de un autobús de línea de una ciudad muy grande. Y para tener siempre la mente en sintonía, cada investigador tiene sus métodos: el mío era tocar la bandurria.
            -Vamos, Antoñete- dije, tocando una estrofa especialmente peliaguda-, las pistas están ahí. Hay que empezar ya a manejar las piezas que tenemos para que, cuando mañana entrevistemos al tal Tripi y posteriormente al Luiti, podamos ir sumando las piezas a un entramado que ya tengamos asimilado. A ver, ¿qué tenemos?
            -Pues a ver- leyó de sus notas-, tenemos a un corredor que pasa siempre por…
            -Pero al compás, Antoñete, que se lo tengo dicho- interrumpí, haciendo sonar la bandurria.
            -Eh, sí, claro- respondió mi ayudante ocultando el fastidio-. Ejem. Siempre por el mismo sitio, todos los días- repitió, esta vez al tono y compás del tanguillo que yo ejecutaba-, que se tropieza con Catalino cuando va camino del puente Canal… presumidamente aún está vivo en ese momento, pero a la vuelta lo ve listo de papele.
            Oír mis pensamientos formulados en voz alta y con acompañamiento musical me ayudaba a comprender toda la magnitud de cada hecho, por muy insignificante que pareciese a priori.
            -Relación con la víctima… ninguna, por lo visto. Lo ve ahí sentado todos los días de verano. El muerto es un habitual de esa parte de la playa. Piluca y Sonsoles- risa bobalicona-, dos señoritingas de Madrid que se ponen frente a él cada mañana porque es el mejor sitio para… ejem, sus melaninas. Relaciones: con Catalino… se sienten acosadas por las miradas indiscretas de la victima y los bastinazos que les suelta. Con el corredor… él aprieta el paso esos días para llegar justo a la hora del destete. Con otros testigos... de momento parece que solo las señoras del bingo, que fueron amables con ellas. Luego está Jessica Andrade, la Jessy… hija del finado. Él no le habla porque tiene una relación con otro de los sospechosos, el tal Luiti. Además es vecina de las bingueras que, al menos una vez, cuando lo del tatuaje, la cubrieron frente a su padre. De momento, cualquiera podría haber cometido el crimen ¿no?- preguntó Antoñete sin perder el ritmo.
            -Pues aparentemente sí, compañero. Parece que la víctima era un tipo bastante desagradable que molestaba a todos sus allegados de una u otra forma, no sería de extrañar que alguien llegase al límite de la paciencia y pusiese fin a sus días. Pero no nos adelantemos, hay que ser metódico. Así que dígame, Antoñete: ¿ha hecho usted los deberes? ¿Ha conseguido la documentación que le pedí?
            -Efectivamente, jefe, he buscado en el interné a todos y cada uno de los sospechosos y de las personas cercanas, centrándome en los datos que usté quería, aquí está todo imprimido: Lorenzo, el atleta, quedó quinto clasificado en el Tercio de Maratón Campo a Través de Bollullos Par del Condado, y no parece que hubiese irregularidades en aquella competición. He encontrado una fotografía de las marías que estaban cerca en la playa, en la güeb del CEMCA (Club de Encuentro  para Mujeres Centro Andalucía), vecinas del barrio de la víctima, en la foto aparecen las seis miembras. También he visto que el Luiti se presentó al casting de Operación Victoria pero no llegó a la segunda ronda; sí pasó el año pasado a las semifinales del concurso del Falla en la modalidad de comparsa con “Sentimientos del Tirol”. De la Jessy lo único que he visto ha sido el Feisbuk, pero no hay nada revelante. Y los dos bombonazos que hacían toples cerca del finado no parecen haber tenido nunca ningún tipo de trabajo, son hijas de importantes empresarios de la capital. Pero no sé de qué pueden servir estos datos, la verdad.
            -Eso déjemelo a mí que soy el de las dotes deductivas ¿Qué tal los análisis de las pruebas?
            -Pues he echado mano de mi quimicefa y puedo decir que ni la piedra ni el rastrillo tienen rastro alguno de sangre, y el gazpacho en que el finado tenía la cara sumergida estaba en perfectas condiciones, sin veneno ni na; es más, estaba riquísimo.
            -¿Y el trozo de pescao frito?
            -Hombre, yo llevo veinte años vendiendo pescao frito, y no me hacen falta análisis pa decir que era cazón en adobo de lo más normal, de hecho mi gato se comió un trozo sin problema.
            -¡Por la gabardina de Colombo! ¡No me sea usted chapucero y analícelo lo antes posible! Nunca sé sabe qué puede o no ser una prueba crucial.


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